Los traslados no me gustan nada de nada, muchas cosas por todas partes, te pasas muuchos días con la vida entre cajas, sin embargo tiene sus cosas buenas, entre ellas que emociona siempre un espacio nuevo y también que al empacar todo te topas con recuerdos de muchas cosas.
Cuando estudié pastelería nos hicieron hacer un especiero, una cajita llena de especias y un pequeño libro con sus descripciones. Nos pidieron que las tocarámos, oliéramos y probáramos una a una.... amaba las especias, pero después de este ejercicio enloquecí por ellas jejeje.
Esta cajita siempre la tengo en la cocina guardada, ese día al guardarla para el traslado, me "trasladé" con los recuerdos de aquella tarde que experimenté una a una estas joyas que nos dá la tierra y que con un toquecito de ellas podemos hacer disfrutar un mundo.
Hoy vamos a utilizar dos, una muy mediterránea y la otra muy utilizada en mi país, el azafrán y el jengibre. (Utilizaremos un poco de vainilla también, pero me centraré en las antes mencionadas)
Para describirlas utilizaré lo que nos pidió aquella profesora "pongan sus propias palabras para que siempre puedan recordar las características de cada una", ya que los sabores pueden ser susceptibles según el paladar.
Existe en varios lugares como Irán, España, la India, Marruecos, etc. Es el pistilo de una flor que lleva su mismo nombre y se recolecta una vez al año y de forma artesanal de ahí su gran valor y su alto precio.
Su olor me recuerda al interior de una flor, mezclado con hierro y tierra....Su sabor es intenso y seductor y muy agradable, tiene tonos terrosos y puede llegar a amargar.
El pistilo es de color rojo, pero su tinte es más bien amarillo tirando a naranja.
Se encuentra en climas tropicales de todo el mundo. Es el tubérculo de la planta que lleva su nombre.
Tiene un olor a madera dulce, mezclado con tierra y cítrico ..... su sabor es muy fuerte, picante, con un toque cítrico, puede llegar a amargar.
Lo podemos encontrar entero, en polvo o bien seco o confitado.
Tarta de Manzana al azafrán y jengibre
2 manzanas (de preferencia reineta o una ácida)
400 gr harina de almendra
3 huevos
175 azúcar moreno
80 gr miel
1/2 cucharadita de royal
2 cucharaditas de jengibre polvo o bien rallar una raíz pequeña
Azafrán
30 gr azúcar blanca
Vainilla
Una pizca de sal
Calentar el horno a 165ºc.
Laminar 1 manzana bien fino, mezclar con el azúcar blanco y los pistilos de azafrán, dejar un rato para que sude y se infusione en frío en su propio jugo.
La otra manzana la pelamos y la hacemos puré, con la ayuda de un triturador o bien la rallamos (guayamos). Reservamos, podemos poner unas gotitas de limón para que no se oxide.
Batir los huevos con el azúcar moreno hasta que blanquee y esté esponjoso, agregamos la miel, la manzana, el jengibre y la vainilla.
Cuando la mezcla esté homogénea, agregamos la harina de almendra mezclado con el royal y la sal.
Vertemos sobre nuestro molde previamente engrasado con mantequilla. Repartimos por encima las manzanas con el azafrán.
Para decorar podemos poner alrededor una mezcla de almendras picadas, un poco de azúcar moreno y jengibre.
Cocer aprox. 40 - 45 minutos. Esperar que enfríe unos 20 minutos antes de desmoldar.
Es una tarta buenísima y de un sabor muy fino, se puede servir con un poco de helado de vainilla o nata montada o bien sola para tomar el té.
Et voilà!!! A disfrutar!!
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