miércoles, 20 de mayo de 2015

Un parisino no francés... Le Croissant (2º parte)


Cuando hablamos de un rico croissant, la mente, el paladar y hasta el corazón se me remontan a Francia, siempre imaginando un cálido y antiguo obrador parisino que huele a pan, a mantequilla y a azúcar y de donde salen croissants con ese aroma y esa textura inconfundibles..... que bueno es imaginar jejeje casi hasta muerdo el bollo.

Pues eso, siempre pensamos en Francia y sin embargo, esta exquisita elaboración pastelera no es de origen francés. Existen varias leyendas sobre el origen del croissant, todas se remontan a Viena.... y con esto ya sabemos de donde viene el origen de esta delicia.

Una de las leyendas más popularizadas cuenta que este bollo fue inventado en Viena para celebrar la victoria de las tropas polacas y austriacas sobre las fuerzas otomanas (turcos). Los turcos planeaban atacar Viena con nueva estrategia que era hacer un túnel por debajo de la tierra para pasar las murallas sin ser sorprendidos, por lo cual trabajan en las noches. Con lo que ellos no contaban es que había un gremio de trabajadores que a esa hora no descansa, trabajan. Los panaderos se dieron cuenta de lo que se estaba tramando por los ruidos que escuchaban y lo avisaron. Fue así como los defensores pudieron echar a las tropas turcas de su país. Se dice que el emperador decidió condecorar a los panaderos vieneses y estos a su vez, en agradecimiento elaboraron dos panes uno con el nombre de emperador y otro halbmond, que en alemán significa "media luna". Se dice que era para no olvidar tan importante acontecimiento, ya que la media luna es el sello de la bandera turca.

Cuentan también, que la reina María Antonieta lo intentó popularizar en la corte francesa durante su reinado, pero no obtuvo mucho éxito. Fue entonces que August Zang, un oficial austriaco, abrió una panadería vienesa en París (1838) y desarrolló el kipferl (el antecesor del croissant) y otros bollos, por lo que hoy se le denomina viennoiserie en Francia y bollería en España y otros lugares. Desde aquí se ha ido desarrollando y popularizando lo hoy conocemos y comemos como croissant.

No podemos decir que es francés este bollo, pero sí que inició su camino al mundo en París, osea que algo de parisino sí que tiene.

Y para seguir soñando con el olor magnífico del croissant, les propongo hacer de su cocina ese cálido obrador donde se hornean riiiicos croissants.

Es un proceso largo, pero no complicado, como siempre les digo hemos de respetar los tiempos de reposo y darle mucho mimo a la masa. Aquí encontrarás la receta de la masa y ahora juntos formaremos y hornearemos los croissants.


Formar el corissant

Estiramos la masa de croissant aproximadamente de 3 a 5mm, si quieren para más cómodo dividir la masa en dos o tres para estirarla mejor.


Cortar en triángulos, pueden hacerlo directamente con el cuchillo o bien hacerse una plantilla de cartón en forma de triángulo, es lo que he utilizado yo. Envolver el triángulo sobre sí mismo desde la base ancha hasta la punta, tal cual como lo indico en la imagen de más abajo. Como ven lo pueden hacer de la manera más tradicional o la más actual, como decidan ustedes.



Fermentamos una hora y media más o menos. Pintamos con huevo y hornear a 175º C de 15 a 20 mins. Al sacar del horno podemos glasear con una glasa de azúcar si lo deseamos.

Y listoooo para desayunar con un buen zumo de frutas y un café con leche divino!!!



Et voilà!!! A disfrutar!!!

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